sábado, 3 de enero de 2009

Venía yo de mi mismo

Venía yo de tantos recuerdos
esta triste tarde de invierno.

De cuando era joven
con plumero de alabastro
tendido en mil errores ya olvidados
y de aquellos intentos
de ser todo al mismo tiempo.

Venía yo de aquel yo mismo
como si fuera un mensajero
que algo perdió
en posadas lejanas
y debe volver siempre
va adelante y atrás
en un viaje infinito.

Así van esos dos seres
el que fue y el que es
parapetado uno tras otro
embebidos en esta sombra
que dicen es uno mismo.

2 comentarios:

saiz dijo...

Como te dije en otro comentario, me gustó especialmente este poema. Al hilo de él, se me ocurre que "yo" es una palabra muy corta, demasiado escueta y monosilábica para nombrar a tanta, y tan cambiante, muchedumbre.

alberto jimenez dijo...

efectivamente
somos una muchedumbre
gracias