lunes, 30 de marzo de 2009

Nadie sabe algo


Han caído
ecuaciones irresolubles
revoluciones llenas de hambre
y algoritmos amañados
sobre la mecánica de la bicicleta.

Y nadie sabe algo
sobre aquel muerto
que la vida envió
para elevar sus triunfos
en los labios de lo ausente

El más allá
nada ha respondido.
pero ha llegado el rumor
de posibles alquileres de vida eterna
y almacenes repletos de ataúdes congelados.

Seguimos esperando
que la cordura del caos
nos envíe pruebas
del infausto.

dios dominado


Puedo apoyar el astro sol
tendido en el horizonte
sobre la punta de mi dedo índice.

Parece el ardor inmenso
de los cuerpos vociferantes
en el cúmulo del deseo.

No veo curas
en los pastizales del creyente
ni noticias hay
de pesados gobernantes
en el estreno de nuevos ricos.
Ni molesta tampoco
el gorjeo permanente
de las mil y una noches
en los suburbio del futuro.

¿Qué hay más allá de todo esto?

Sólo la ilusión
de un dios desdentado
cortado a la medida
dominado al extremo
que nos muestre el punto
comienzo abrasivo y sin freno
de esta gonorrea de palabras
que yacen imperiosas
en los baldes de la desidia.

Hace falta
que ese animal asustado
hable de vez en cuando

Memorias del estiércol


Desde
el onanismo del gobernante
al trabajo práctico
de los comandantes
las víctimas no se presentan
ni cuentan.
Se alargan indefinidamente
en una cadena de distribución
serpenteante y difusa
ante fosas de triste memoria
familiares sin voz ni voto
y escuálidos sobrevivientes
sorprendidos todavía
en la heces del infame.

Nunca fue cierto
que los títeres de la historia
juegan con los vencedores.

La memoria
persuasiva lengua de trapo
viaja por los caminos del horror
se añade a las máquinas de los sátrapas
enluta las baldosas del cautiverio
o prostituye el tiempo
lo deja morir
y en algún presente
se manifiesta desnuda
nuevamente.

Muchas veces
es tan cruda la verdad
que ni asentir queda.

domingo, 29 de marzo de 2009

Siempre ellas


Los hombres
como la vida de vitrina
que se muestra todos los días
estamos bien
con los calzoncillos de domingo
y el deseo de una mujer
atento siempre y en vela
vistiendo al santo.
Ni más ni menos.

Ellas lo saben todo
colocar el beso
en el arco desnudo de la mirada
saludar sin tocar
desde el palco encantado
de mil palabras en desbandada
y extender el cuerpo
artilugio sin freno
sobre el extinguible mantel del tiempo
antes incluso
de que el hombre armado
sea moción y locura.

Estas tácticas
de amazonas apasionadas
marcan el cuando
sobre un presente sorprendido
y mil noches con recuerdo
se llevarán el sueño
de otros tantos hombres
usados hasta el hastío.

Hay caminos únicos
en la diarrea de cuerpos
hormonas y señuelos
que no tienen rumbos
ni cruces aclaratorios.
Sólo guías desnudas
en los pliegues horizontales
de un amor concedido.

El olvido nada sabe
del hambre de las diosas
ni de la sed de los hombres.

sábado, 28 de marzo de 2009

y dios nada dijo


Dios pasó por aquí
y nada dijo.
Y si algo habló
nada entendimos
en lenguas de años luz
sin comprensión alguna.

Dejó el signo patético de la ausencia
una tribu de discípulos hambrientos
adiestrados en el arte del supuesto
y cuatro historias de pescadores
ermitaños con planes de futuro
en medio de cualquier infierno.

Nada
hemos vuelto a saber
aparte de un libro inventado
sobre extrañas parábolas
paraísos fiscales sin tiempo alguno
y cielos de regalo
en venta promoción
tras una muerte de opereta.

No importa.
Hablaron otros pavos en demasía
alabados por túnicas de oro
rictus de un más allá nunca jamás
y algunas benevolencias
en purgatorios de algodón.

El poder
se subió al carromato arbolario
de tanto silencio,
y la figura sobria
de un mercader de sueños
con sus sandalias sin cuero
y sus piel de arena
se ha perdido para siempre
entre la cohorte de bandidos
e infames que nos saluda.

Tal vez no fue
o fue sólo un sueño.

viernes, 27 de marzo de 2009

Noy no tenemos sesión


Yo he nacido certificado
puesto en la cadena en serie
para sazonar con palabras
el paso amarillo del olvido
el beso marginal del deseo
y la plaza llena hasta rebosar
de la desnuda soledad
autosuficiente y permanente
abierta en canal
hasta morir un día.

Nada hay que compartir
ni rumbos que tomar.
Sólo voy a mostrar
el tacto carnoso del beso
y la humedad a rayas
del desierto lejano
a la deriva del calor inmenso.

Los dioses
tendidos en el asfalto
esperan procesiones misas
ataúdes y altares
entre cantos gorjeos
y un miedo absoluto
que está aún por llegar.

El calendario
ataviado con sus banderas
de fechas cumpleaños
y escapularios conmemorativos
no siente esta soledad
ni conoce los loros borrachos
que me manejan a toda hora.
Cruel es
de esperarme siempre
sobre la escalera del tiempo
en esta factoría de créditos,
vuelva usted ayer
para comprar sonrisas
y extender cheques de ilusión
para mañana siempre todavía.

Aquí estoy presente
en el día internacional de uno mismo
colgado al unísono
de todas mis carnes sobresalientes
que dicen que estoy vivo
y no lo siento.

Y el artefacto del sexo
inútil y ciego
ni sabe ni importa.

Lamentablemente
no hay tiquetes
para la próxima sesión
de soledad encontrada.

jueves, 26 de marzo de 2009

Viaje sin tiquete de vuelta


El viajero
como una obra a la deriva
abandonada y por hacer
se nutre siempre
de su diminuto equipaje
trapos miradas pensamientos
y unos ojos que ya no ven
sólo sienten.

El mundo pasa
como un pergamino infinito
de lenguas diversas
rostros siempre inéditos
y saltos brutales
de vidas artesanales,
puntos ínfimos y luminosos
en la estela viva
de la siempre cierta muerte.

No vamos a lado alguno.
Hay rumbos de dioses paganos
y quimeras de paraísos alquilados
en el horizonte impúdico
de estos pasos de cieno
que ya no vuelan
más bien me arrastran.

Lo muros de uno mismo
son el único picaporte
hacia la vida extensa
polícroma y versatil
en su engaño permanente.

Sólo la soledad de mis maletas
me explica brevemente
que ya no soy
estando en mil rincones
propietarios con celo
de las bagatelas de otros.

Estar y no ser
es un cuenco vacío
en medio de este dislate
de lujuria negocio
y millones de bultos
mirándome sin causa.

Nada permanece
salvo mi caja de sueños
y mis pañuelos de poemas.
Ridículos enseres
en medio de la fauna
de tanto profeta sin trono
ni reino en el horizonte

Sólo alguna vez
ya olvidado el amor
y el dulce susurro incólume
de la amistad sin causa
encuentra uno puntales de carne
silencios indiferentes a la escucha
y hasta sonrisas de caries
en los pasadizos imposibles
de los cuartos baratos,
alli donde la vida no se posa
más bien corre.
Previo pago
claro.

domingo, 22 de marzo de 2009

Creación ingobernable


En las postrimerías de uno mismo
se puede encontrar
el sueño interminable
del viajero del tiempo
el empeño indeseado de la palabra
en estos inútiles artefactos
o el arribo incruento
de un barco de sueños
a este puerto recién reparado
sin aranceles ni encomiendas
de los besos de una mujer.

Aceras y fachadas
del mobiliario desconocido
de lo que dicen que soy.

Si quisiéramos encontrar
los huesos del cántaro
la bofetada del viento
o el mesiánico aleteo del amor
cruzaríamos esquinas indefinidas
y rostros desconocidos
en este película sin estreno
que inventamos a toda hora.

Nada hay ni perdura
más allá del suspiro ingobernable
de la creación.

Nos empuja suavemente
con la fuerza de la tormenta
el amor del tumulto
o la confianza del guía
en sus paseos de etiqueta.

Si un día no está
todo puede acabar
en el urinario triste y mediático
de un sanatorio mental
o en el tacto eterno
de una tierra enriquecida
con sales de olvido.

viernes, 20 de marzo de 2009

Hombres para nada


El hombre
ya desarmado desnudo
tras la última punción
de un momento de sexo
en el estío de la vida.

Cuerpo ungido
de otro calor
usado hasta el hastío
en medio de la locura
de una mujer.

Desarrollo primario
de una ejecución póstuma
en el tamiz hondo de la especie
buscando el tanteo indómito
que regenera y queda.

Tras la luz infinita
de la rienda del deseo
queda ella ahí cerca
mirándolo desde el arco atlético
de sus besos.

Y al final
músculos dominados
cartílagos en pausa
y la vida otra vez
en espera acechando
para tomarle nuevamente
el silencio la esencia
y el tacto.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Una mañana como cualquier otra


No vamos a cantar victoria
en esta mañana
como cualquier otra
con nuestro indulto
de pequeños dioses solitarios
asumiéndolo todo.

Atribuciones olvidos
y otras travesuras
son las baldosas de este suelo,
que nos mira distante y horizontal
desde su pergamino de conjeturas
al quebranto vertical de nuestros huesos.

No vamos a explicar nada
que todo sería mentira
o justificaciones pueriles
de un preso condenado
en el mar de legajos palabras
y sentencias armadas
de presunciones y cohechos.

Todo dirán otros
desde sus lenguas de acero
y sus ojos de lagarto
en tormentas de verano
al sonido de la tropa.
Batir de alas
de palomos asustados
tras la presencia sin nombre
de un gato en la sombra.

Lo mejor será
lanzarse de frente
como un barco a la tormenta
suicida y temerario
sin nada que perder.
Acaso estas necias palabras
sarcasmo de uno mismo
ante la apelación de otros.

La vida
en punta
y adelante.

lunes, 16 de marzo de 2009

A mi compañera


No pienses que yo
mutilados los últimos mástiles del sexo
voy a quedar esquivo a tu presencia.

Ahora cuando más
me haces falta
como la raíz al árbol
el bastón al ciego
o el verbo a la palabra
voy a estar cerca
aquí donde se juntan las miradas
sin verse
y las agotadas trazas de uno mismo
buscan sin norte alguno
los rastros de lo vivido
en mil palabras sin excusa
ni precio aparente.

No sólo por todo ello
sino más bien
porque eres
el hilo sutil y eterno
que me rescata
de esta maraña de signos
que me asedia cada mañana.
Locura irreverente
que monta ansias sueños
y escribe artilugios inservibles
sin control alguno.

Si estás
yo soy
y si un día no estás
mis palabras quedarán
pero yo seré de ti
y en ti
solo un sueño
y en mi
nada.

domingo, 15 de marzo de 2009

.


Todos
nos cansamos de todo.

Del crepúsculo no invitado
de la miseria lejana
en los noticiarios del mediodía.

Del jefe plástico
y sus invitaciones hacia la nada
de los portazos de los hijos
y sus increpaciones adolescentes.
del hastío del sexo
con otra misma piel cada mañana
de la trajeta de crédito
recurrente a final de mes
de las epístolas de los domigos
bajo el fundamento
de vacaciones en el cielo.

De los paseos planeados
en los jardines simétricos de la ciudades
con los mismos amigos
sus bonos de inversión
y sus planes de futuro inmobiliario.

De las amantes diferentes
los higiénicos cuartos
de evasión sin compromiso
y el paso atropellado
de estar en todo lado.

De la palabras de este poema
que nada quieren decir.

Y de la muerte
todavía
no hemos tenido tiempo.

viernes, 13 de marzo de 2009

Veraneo


Incólume
se presentaba el verano
en un altercado invariable
de deseo y tedio
tras cada esquina
de uno mismo.

Nada perturbaba
el asunto mediocre
de los días sin noticias
el veraneo anodino
de postales sin esmero alguno
y la salsa sin aguante
de las fiestas de los pueblos
único baluarte noticioso
de lugares sin nombre.

Con poca ropa
llegaban las mujeres
al punto álgido del sexo
entre piscinas sin fantasía
y un vendaval transparente
de novios afeitados
lencerías al acecho
y autos muertos cómplices
en la madrugada.

Nada era nuestro
ni el tiempo
en su caída permanente
ni la sonrisa parapléjica
de los famosos asolados
en sus playas de sílice.

No estábamos allí
más de lo que debiéramos
prostituidos en el paso lento
de un calor sin forma
con el rostro bastardo
de un verbo muerto.

Siempre era tarde
para besar inconsolable
los labios del otoño
y el sueño del invierno
para nunca jamás.

Mar eterno


En los vacíos sin lengua
insondables perpetuos
del hambre.

En los alabastros barrocos del amor
llenos de palabras hormonadas
de gestos ensoñados por momentos
de sueños enloquecidos
caídos en los abismos húmedos
de una noche de deseo.

En la dura piedra del infame.
Torturadores encolados
en las máscaras del orden
en procedimientos jerárquicos
solutos aprendidos
de una opereta absoluta
movimientos concretos
del perro apropiado.

En los palacios derruidos
antiguos cantos al unísono
de reinos vertebrados
en medio de la sopa ausente
de los rebaños anónimos.

En las iglesias de todo tipo
llenas de miedos amenazas
y cestas voladoras de paraísos
sujeto todo ello
por etiquetas de vivos colores
a la sonrisa dibujada
de un dios íntimo.

Por todos estos caminos
y sus lodos
y sus bordes de pastizales
desiertos y páramos
no he encontrado
el silencio absoluto del hombre
palanca minúscula y humilde
que nos conecta
hacia un mar eterno.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Amor sin pausa


El encuentro de los peces
colmando de orgasmos
el tendido ausente del mar.

El vestido a rayas del viento
mirando indeciso apasionado
el pergamino arruinado del mundo.

El toroide disparatado del aire
subiendo los eslabones transparentes
del calor del verano.

La vela indecisa del futuro
apuntando al presente loco
temerario hijo en fuga.

Todos ellos
nada saben
de nuestro amor sin pausa
ni parece ser
que haga falta.

martes, 10 de marzo de 2009

Desnudo de mujer


Desnudo tu cuerpo
en un ejercicio permanente
de herejía desbocada.

De mis tinieblas vengo
cual ermitaño desconocido
lleno de inútiles palabras
abocadas como becerros de oro
a la lengua del deseo.

A mis huesos pertenezco
y con algunos postres más
algo me considero.
Algo desde lo que llegar
al páramo húmedo y caliente
de tu piel milenaria
al fruto primitivo y fugaz
de la morada cóncava de lo eterno.

Sin rostro
no hace falta
en nuestro artefacto nos detenemos
y vemos pasar el mundo
extendido plano y mediocre
y nuestra luz aquí cerca
nos lleva implacables
al desprecio absoluto vomitivo
del resto.

domingo, 8 de marzo de 2009

.


Los masacradores
llevan siempre gafas oscuras
ceñidas a la piel
con grapas de cartílagos artificiales,
como si sus ojos
pertenecieran a otro mundo.

De este no lo son
fueron invitados a levitar
entre las nubes de la desmemoria
y el corredor estrecho del deber cumplido.

Tierra sobre tierra
cerca de la infamia.
Horror añadido al tiempo
costra putrefacta y conocida
de lamentable enfermedad.

jueves, 5 de marzo de 2009

Psiquiátrico central



En la habitación 103
un enfermo ejemplar
pasaba hojas
recogía apuntes
y anotaba en las paredes
citas con ilusión.

Pero sus libros apilados pulcramente
regalos personales de sus amigos íntimos
no tenían palabras escritas.
Sólo las tapas dibujadas
delataban su presencia.
Cuencos vacíos
en medio de la sed.

Su lectura incansable
entre sueños diluidos
y razonamientos agotados
no impedían
rayando en la locura
alguna cordura.

En sus ratos libres
nos hablaba con pasión
del cariño simple de Dios
la ternura vacía del mediodía
o de las botas viajeras del diablo.

Admirábamos
en la caída de la tarde
el dibujo de sus brazos
arañando epopeyas sin nombre
o el mirar santo de sus ojos
recitando poemas de amor.

En una ocasión
nos habló del sexo
ese reptil dormido
sobre la luz del mundo.
Ya no tenía él
el blanco recuerdo del mismo
sobre sus pieles azotadas
ni caminaba presumido
por sus senderos estrechos.

En sus últimos días
nos confesó tardíamente
que escribía un libro.
Este navegaba lento
entre la ruinas de si mismo
y la sorpresa de todos.

Naturalmente
en blanco

domingo, 1 de marzo de 2009

Geología de España


Yo, de España
siempre supe poco.

Me sorprendía de niño
el ronco crepitar de los vasos
sobre la mesa puesta
al paso de los trenes de carbón
y el vaho visitante de los cristales
en la lengua del invierno.

Se soñaba apresuradamente
en los pupitres infantiles
alguna conquista sin tregua
el olor a incienso de las sotanas
y el sexo sin fortuna de los ángeles.

Tan extranjero era
de todo aquello
que otros libros extraños
me truncaban la cabeza
entre juegos de desvanes
y niñas sin cortesía.

La vida del pastizal autóctono
siempre pasó sin atención
bajo mi higuera de melancolía.

Y su relatorio
espejismo insatisfecho
aburrido pastoso y sin seña
de la historia mil veces comentada
se replanteaba y relamía
como un niño aburrido de haber nacido
pedazos de razas y esencias
bisturís cortando míticas tierras
y un maratón de banderas sin pleitesía.

Por higiene
sin mucha alevosía
me arrimaba tímido
a los nuevos tiempos de ocasión
democracia de aluvión
con pasquines a todo trapo
y el corazón en alto
de algo nuevo por llegar.


Ahora ya
ungido por la distancia
tengo la culpa de no haber sido
y desde este trono vacío
de la otra españa
abismo de nostalgia hechicera
remiendo descosido del desposeído
puedo decir y pienso
de esta tierra de trigo y vino
que haber sólo hay una:
la de fuera.