He descendido
a beber de tus mejores fuentes
y he subido sorprendido
a ver la luz de tu mirada
allí donde nos imaginamos
tantas palabras de tarde
allí donde no había horizontes
y solo flotábamos
el uno en el otro
sin regreso alguno a la vista
sin promesas baratas
en medio de la lluvia
Qué tiempos
verdad
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