jueves, 6 de agosto de 2009

crustáceo solitario


Puedo recorrer
la geografía de tu cuerpo
sus idas y venidas
subidas y bajadas
con mi lengua permitida
desde los lugares más sombríos
a los más álgidos promontorios
como si fuera un cangrejo
enfermo y deslumbrado,
última entraña
de un amor pasajero.

Qué puede saber
el mar y su légamo prohibido
de un crustáceo solitario.

Nada
sencillamente nada

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