sábado, 22 de agosto de 2009

Area de descanso


Ha descendido ya
una tarde cotidiana
de huesos sorprendidos
entre tanto músculo cansado,
y los cántaros del amor
se llenan insaciables
ante la mirada carnívora
de la noche.

Las repisas de la memoria
y todo un sendero de noticias
de un día cualquiera
se van vaciando ordenadamente
ante la enfermedad del sueño

Los primeros estertores del sexo
y la agonía de todo llanto
han llegado puntuales
a cerrar el día,
y voltear una vez más
el desconocido cuerpo
de tanta esperanza detenida.

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