jueves, 15 de septiembre de 2011

Me puedo permitir el lujo

Me puedo permitir el lujo
de olvidarlo todo
y sacar a pasear en las playas más exquisitas
la gran mayoría de cadáveres
-antiguos como el polvo
y olvidados para siempre-
que postulan malentendidos
en la grandeza de la mentira

Sería un momento sublime.
Pueden volar sartenes
y lanzaremos libremente
indeformables testamentos
a la basura de la historia

Sólo quedan despojos y restos
en los baules de los sueños
y afortunadamente
los niños pasean dulcemente
sobre las cuerdas de la vida
y parece ser
que ciertos poemas descubiertos
en las alcobas de los poderosos
hablan de cierto frío
inapropiado y futuro

Nada permanece
y la palabra fluye limpia
en imágenes sucias
de patronatos y fundaciones

2 comentarios:

Rincón P. dijo...

“Recordar es obsceno, peor: es triste. Olvidar es morir. Con dignidad murió. Su sombra cruza”.

Algo siempre queda, aunque sólo sean despojos y restos abandonados en el baúl de los sueños (o de las pesadillas). Sacar a pasear los cadáveres es más una imposición que una decisión voluntaria. La sombra vuelve a cruzar en algún momento.

Besos, Alberto.

alberto jimenez dijo...

Y que sería de nosotros sin los paseos majestuosos de ciertos esqueletos desconocidos, habitantes de uno mismo

La vida es como una herida debajo de la piel, permanente y ausente
en la melancolía

Abrazos y gracias por acompañarme
alberto