lunes, 30 de mayo de 2011

La casa abierta

Mi vida
es una casa abierta

Han entrado especímenes
engalanados en la aventura de la pobreza
y luchadores en tránsito
hacia un mundo mejor

Alguna mujer
ha recogido sin permiso
- siempre es así -
el aliento sedimentado de mil preguntas
en el viaje de su compañía

Han llegado vientos
más bien tempestades
del cansancio de la tortura
en la lenta agonía de la locura
y ha discurrido también
como una cucaracha invitada
los residuos preparados sin descanso
de las ferias de la barbarie

En otras casas he entrado
para ver la caída pausada
de la mano abierta
en la preparación de la ternura
y encontrar siempre presente
la disposición de la palabra
en la red de un poema.

Hay fantasmas
sombras cóncavas en la madrugada
que desnudan las paredes
de los sentimientos recogidos
en las conversaciones con la lluvia
y aparecen sin quererlo
rostros títeres y esqueletos
en la ventanas dueñas del invierno

En los patios traseros
voy dejando sin consuelo
el cansancio de los comisarios
y los fósiles escleróticos y abandonados
de los políticos enfangados
en las posturas de la mentira

Los desvanes
aventuran desastres
en los alambiques preparados
de las cavernas habitadas
de la melancolía

2 comentarios:

Jorge Maseda dijo...

"Hay fantasmas sombras cóncavas en la madrugada..." gran frase, extiende y (se adapta) a todo, con textos así, llegarás lejos, Un Saludo!!!

alberto jimenez dijo...

Gracias por vuestro aliento en estas madrugadas tan difíciles
saludos
alberto