viernes, 24 de junio de 2011

Tu silencio

Tu silencio
ha germinado en mi palabra
y mis ecos incendiados
besan tus pies de nieve

Camino solo
en los baluartes rendidos de tu cuerpo
y una luz germinal
en la tarde gris de nuestra feria
ha domado con éxito
la cola alcanzable del tiempo
único animal divisible

Entro en ti
en el vértigo consumido
de tu oscuridad reconocida
y veo la transparencia permanente
de aquella niña
que hace hombres de arcilla
y sombreros de paja

Me siento torpe
en esta catedral ya coronada
y vuelvo retráctil
al silencio de los lagartos

Pasividad y espera
en las arenas olvidadas

2 comentarios:

Jorge Maseda dijo...

lo he disfrutado,
un placer leerte.

alberto jimenez dijo...

No sé, pero este poema me ha gustado mucho escribirlo.
Hay un equilibrio ponderado de las palabras.
Un suficiente que no rebosa, una mesura que guarda un equilibrio que no salta ni agrede.
No sé exacatamente...pero me ha gustado mucho escribirlo.
la soledad de estos desiertos en los que me encuentro me hacen escribir estas cosas que no sé de donde vienen (ni a donde van).
Como te digo, me guto mucho