que soy un animal gobernable
en el lecho biológico de tu cuerpo
te pertenezco
Me consuelo ya cansado
en la necrosis aplazada
de mi desaparición anónima
y tu viajas incansable
desde tu sonrisa
a las planicies más abiertas
del deseo primitivo
El mundo se rinde a tus ojos
en una infección plena
de ausencia del tiempo
mostrando tu sonrisa estrella
en las plazas de mi juventud
Que extraño
ahora que soy herbívoro
en el ácido mensurable de tu carne
miro los jirones maltrechos
de mis velas sin rumbo
en los mares sin calma
de las guerras cotidianas
y siento sin pesar
que nada me importa
tan libre y ligero
tan inocente y previsible
como el primer día
4 comentarios:
Hola! muy buen texto,
excelente, es como leer un camino,
se puede escuchar su banda sonora,
tiene ritmo, inteligencia, expresa
grandes cosas, con muy buenas palabras, un saludo!
jorgemaseda.blogspot.com
Have a SUPER weekend !
Bello, bellísimo; desde las dos primeras estrofas, rendida.
Besos.
Gracias por vuestros comentarios
Muchas veces siento que lo único ingobernable que hay en mí es justamente estos poemas que no sé de donde vienen
besos
alberto
Tindouf, junio 2011
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