jueves, 2 de abril de 2009

Las miradas del deseo


Las miradas del deseo
rebotan en las vitrinas transparentes
de los hipermercados descomunales.

Sin medida alguna
sin el baño suave del horizonte
o el sabor calcáreo del viento
todo se precipita sin ayuda
al rapto fugaz del sexo.

El amor
ese pergamino suspendido
en el soporte del vacío dominante
último viajero escrito
de un mundo comprensible
se vende ya en los mercados
se puja en los prostíbulos
y se hunde lacerado
en los museos de cera,
desnudo y dispuesto
ante la moneda corriente.

Si ya nada
está libre de impuestos
el deseo con etiqueta
el sexo encerrado
y el amor comprado
es hora de irnos
por los senderos irrefutables
del olvido.

No debiéramos haber llegado

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