Invierno

Escucho la música
que se desprende del aire
como un huérfano en huida permanente

Llueve en los ojos de los pobres
y el cielo se llena de una oscuridad
dominante, presuntuosa

Nada esta definido
a veces, ni la misma muerte

Cae el invierno ahora
y allí lejos
otros inviernos internos
adosados a los huesos de las víctimas
se comen el olvido
común historia sin sueño

Se derrama el tiempo
en las comisuras del día

mas allá
cierta sombra desaparece
y muere un conteo obsesivo
en la moda de estar vivo

la sopa del mundo
nada escucha
nos nutre una vez mas
y calla

FUTURO

Somos viejos edificios

atípicos entre otros

postrados, varados

en la señal deforme del mundo

El futuro... externo

títere comediante

escala ventanales

pronostica miserias

fidelidades póstumas

y sonrisas de trapo.

Guardamos grafismos

algoritmos eficientes

y humedales de sueños

en los armarios olvidados

de desvanes sin retorno

Somos observados

alimentados, violados

en un festín ajeno

de pájaros consentidos

trazando círculos viciosos

sin concierto aparente.

Pero el muñeco

no tiene alambres

ni algodones de peso

Solo es humo

neblinas del sexo

en una noche de locura

Abro la ventana

y el viento se lo lleva todo

tiempo sin compasión

en los limites de la palabra

Cierro el presente

a la espera

de otro futuro de ensueño

(he vuelto)

Se hace saber

Escribir

es una transgresión en uno mismo

prohibición expresa hacia los tubérculos

más distraídos de nosotros mismos.

No es fácil

La letra –ausente de todo-, te lleva

hacia los confines maltratados de la ubicuidad

en un presente sin fin, presente de mil pasados

paisajes y sonrisas olvidadas

Todo es una broma

que discute permanentemente

el olvido del futuro próximo

Minúsculos

Despertamos

levantamos espacios y dimensiones futuras

en la caja de Pandora

de nuestros sueños

Nada ha cambiado.

La vida se derrama ausente

de nosotros mismos

y algo externo

ni nos recuerda

nuestra presencia.

Ni estamos ni somos

Todos es un líquido imperceptible

y nosotros navegantes perpetuos

en el rumbo de la corriente.

Minúsculos

.

Amanece

y las esquirlas del mundo

atraviesan nuevamente

las páginas indiferentes

de los últimos diccionarios

Vuelve esta palabra

auténtica detonación de la rareza

a buscar en la mineral indiferencia

el filo de cierta felicidad

Sólo hay diámetros comunitarios

de imaginación colectiva.

Hoy escribo

Hoy escribo

Y miro

Las tripas vacías

de las maletas en espera.

Hay muertos calcáreos

y tambores sumergidos

en el mar de la mentira.

Serpientes sin sonido

en la danza del vacío

y excrementos humillados

en noches de acertijos

La estupidez

reposa como una aparición

entre las imágenes adolescentes

de la lluvia de los tontos.

Sólo queda

reivindicar el grito del sufrimiento

y buscar cuartos ciegos

donde no ver el mundo.

Ahora que todo

es un siniestro

entre pañuelos de colores,

los pájaros aprendieron

ciertas palabras sin gloria.

Hoy escribo

desde la tinta azul de tus ojos

a la mirada austera

de aquel pasado sin raíces.

Volver

Volver

a la mente perdida.

Ser aire y luz impasible

en el pensamiento perplejo

irrazonable y perdido

Volver

a la espuma marítima

de tus ojos 

en el insomnio de la madrugada.

Siempre volver

a la cadencia suspendida

de la música en el salón vacío.

Vuelvo

a los túneles del olvido

sin la certeza de encontrarme

sólo presunción de otros

de mi voz en diferido.

Trastorno

Observo

el vuelo imaginario

de los pájaros en la madrugada

y un frío espeso

recorre los milímetros

de los mapas de la guerra.

Estoy cansado

de las pantallas del mundo

y de los deleites de los poderosos

en las sopas de los pobres

Hay un trastorno de palabras

y piernas rotas

en los palacios del suicidio

Oscuridad y silencio

en los oídos del alma

En la náutica de tus besos

Puedo ver

la errática presunción de estar vivo

y la escudería de tu cuerpo

en la náutica de tus besos

Sendas transitadas por la furia

del futuro

en aquellos los patios de la juventud

Ahora

todo está en pie de guerra

la barbarie es cotidiana

y el perdón

ha quedado colgado

en la penumbra del olvido

Éramos jóvenes

arrastrados en la estética del amor

y el único invitado obligado

-el dios primario de todas las cosas-

no ha llegado.

Tengo miedo

de la miseria de los discursos

y sus discutibles cimas de muertos

una y otra vez.

Cruzo la sonrisa de los niños

la atravieso y me siento fértil

hasta perecer

(Dedicado a Anna Ajmátova)