lunes, 30 de marzo de 2009

Memorias del estiércol


Desde
el onanismo del gobernante
al trabajo práctico
de los comandantes
las víctimas no se presentan
ni cuentan.
Se alargan indefinidamente
en una cadena de distribución
serpenteante y difusa
ante fosas de triste memoria
familiares sin voz ni voto
y escuálidos sobrevivientes
sorprendidos todavía
en la heces del infame.

Nunca fue cierto
que los títeres de la historia
juegan con los vencedores.

La memoria
persuasiva lengua de trapo
viaja por los caminos del horror
se añade a las máquinas de los sátrapas
enluta las baldosas del cautiverio
o prostituye el tiempo
lo deja morir
y en algún presente
se manifiesta desnuda
nuevamente.

Muchas veces
es tan cruda la verdad
que ni asentir queda.

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