miércoles, 18 de marzo de 2009

Una mañana como cualquier otra


No vamos a cantar victoria
en esta mañana
como cualquier otra
con nuestro indulto
de pequeños dioses solitarios
asumiéndolo todo.

Atribuciones olvidos
y otras travesuras
son las baldosas de este suelo,
que nos mira distante y horizontal
desde su pergamino de conjeturas
al quebranto vertical de nuestros huesos.

No vamos a explicar nada
que todo sería mentira
o justificaciones pueriles
de un preso condenado
en el mar de legajos palabras
y sentencias armadas
de presunciones y cohechos.

Todo dirán otros
desde sus lenguas de acero
y sus ojos de lagarto
en tormentas de verano
al sonido de la tropa.
Batir de alas
de palomos asustados
tras la presencia sin nombre
de un gato en la sombra.

Lo mejor será
lanzarse de frente
como un barco a la tormenta
suicida y temerario
sin nada que perder.
Acaso estas necias palabras
sarcasmo de uno mismo
ante la apelación de otros.

La vida
en punta
y adelante.

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