miércoles, 18 de febrero de 2009

Mecánica de la palabra


Las palabras
no se crean ni se destruyen
ni se fabrican en serie
como caramelos sin sentimientos.

Sólo algunos congéneres disecados
viajan en libros dispersos
o se arriman con miedo
al borde plano de la pantalla
en medio de imágenes asesinas.

Al contrario,
siempre están ahí
permanecen en el cerebro tardío
de la madrugada
y el corazón abierto
de una tarde enamorada.

A veces
son vendidas o alquiladas
para revoluciones asesinas
o tesis doctorales sin sal.

He conocido algunas
prostituidas sin precio conocido
en los arrabales del poder más incierto.
Viajaron en los carros de la infamia
besaron manteles de lujo
o mintieron sobre lo imaginable.

Algunas otras
caminaron en silencio libres
por el camino honroso
de las víctimas.

Únicamente
en algún descuido
caen dormidas
en la rompiente del poema
ladrón inesperado
sin compasión.

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