a cubrir el cuerpo desnudo
de la mujer solitaria
y la terrible ausencia
de la palabra ajena
en el ser contrario
es un invierno de pérdidas
y carencias infinitas
Los navegantes
buscan rutas y senderos
en los mapas conocidos
de tu mirada.
La noche
dibuja garabatos
en la invención del día
y los ceniceros
han olvidado labios
palabras y rumores de deseo
Pero la luz
se ha quedado suspendida
del clamor de tus sueños
y las calles
auténticos dinosaurios articulados
buscan pasajeros
en la cocina más singular
de tus hormonas más exquisitas.
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