que muestran impúdica
la ansiedad vertical
de escribir escribiendo.
Tácitamente engrana palabras
y busca giros en los pantanos muertos
de los diccionarios.
Incluso
busca cursos y diplomas
en las llanuras más cómodas
del gallinero al uso
Pero la palabra
tan desnuda y suelta
- amor encontrado y muerto en el día -
huye de tanto despilfarro
y encuentra asombrada
la brutalidad del sexo
o la fragilidad de los sentimientos
en la sombra horizontal de una mujer.
No hace falta insistir.
No hace falta mucho más
para arrastrar en los papeles más blancos
los últimos odios instalados
o lanzar sin demora
algún suelo imposible
en la calamidad del día.
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