
Yo siempre he viajado
con un maleta de silencios
y algunos calzones de sueños
en medio de violencias desastres
y trombas de guerras sin noticiario
Pero últimamente
la geometría de las tormentas
y la impostura del olvido
-arrogante hasta la locura-
muestran una herida terca
que se descompone hasta el hueso.
Malos tiempos para la mesura
ahora que los perros orinan de miedo
ante palabras sin sombra
y los necios planean cursos
de horizontes sin límite.
El poema ha quedado solemne
en el vaho de los cristales
y el umbral del invierno
no ha tocado en su habitual acrobacia
las sillas vacías y solitarias
de los nuevos prototipos
de seres imaginarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario