
Tú que estás ahí
cayendo rectamente
desde los aleros canallas de la noche
al sedimento sorprendido
de este papel humilde.
Y tomas en atropello
el aluvión pacífico y dormido
de mis pensamientos mas mundanos
para morir aquí
en el baile mágico de mis dedos
y sugerir en estos ridículos signos
que algo importante aconteció
más allá de tu tronada solitaria
auténtica legión de trilobites
en las despensas vacías de la memoria.
Otra vez yo olvidado
y tú ya aterrizada triunfante
en tu ensalada de poemas
orgasmo equivocado de lo inútil.
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