martes, 12 de mayo de 2009

Cadaver exquisito


Voy a escribir
cortas palabras
críticas sin seudónimo
a mi futuro cadáver,
todavía imaginación exquisita
sobre las turbias maquinaciones
de la insolente caída de la muerte.

Ahora
impalpable señuelo de lo esperado
me miras con la mirada perpleja
de los niños en los parques
ante la caída de la tarde
y todo te parece un juego.

Pero no lo es.

Más bien
a la espalda de las mentiras familiares
y sus labios llenos de ortigas
asumiremos una vez más
que tu momento no ha llegado
y que estas palabras
auténticos dulces de lo imaginado
se clavan diáfanas y certeras
sobre tu vendida piel de crustáceo.

Un día entraré en ti
como un ahogado maniatado
en tu sedimento sin odio
y te preguntarás cabizbajo
quien ganó a quien.

Sólo estas palabras
tendrán la respuesta.
Tú insomne
y yo libre.

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