Caen las palabras
de los bordes de los armarios
y entran abruptamente
las mil luces de tu sonrisa
en el abrir de las puertas.
Y las camas
elucubran amores en fuga
y las cocinas
montan ollas y cubiertos
en el festín de cualquier poema
Y el silencio
siempre prematuro y olvidado
pasa página
en las novelas verticales
de los últimos dinosaurios literarios
Nada ha quebrantado
el paso invisible de las alfombras.
Y las palabras esclavas y vacías
de los televisores
nos hablan de mundos exteriores
en la jungla humana imprevisible.
Los dormitorios
permanecen a la espera
de cualquier batalla sin sueño
en las madrugadas breves
de tus besos.
Y dicen que
hay lapices de colores
y dibujos de monstruos y princesas
en las habitaciones infantiles
montando batallas sin generales
tras las sombras de las ventanas.
2 comentarios:
Me encanta imaginarme las palabras cayendo por los bordes de los armarios.
Tú debes de tener una habilidad muy especial para recogerlas y juntarlas en forma de preciosos versos… como éste.
Que no dejen de caer y que no dejes de recogerlas.
Gracias.
Ha sido un placer
Que la palabra nos siga encontrando
saludos
alberto
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