Mujeres abiertas
en los prostíbulos más endemoniados,
donde los cuerpos juegan
a un tacto invisible
en la oscuridad del pago.
La vida
no ha pasado por aquí
sólo una apariencia
- famélica presencia -
de cierta infancia,
permanece esclava
en los tubérculos de la memoria
Las palabras transparentes
del silencio
cubren este acto brutal
animal en exceso
de infamia y llanto
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