he visto las horas
volar lentamente
sobre los estuarios de la pereza.
Mientras los informativos
rozan sin misericordia
el destino de las alfombras
en un plan infinito
de heridas y agonías.
Se muere el mundo
también los domingos
ahora que se ha establecido
cierta prohibición de la esperanza
y los amantes
han dejado la lluvia
como compañia permanente
de la ignorancia.
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