miércoles, 1 de julio de 2009

Queremos playa


Como un castillo de arena
al borde del mar,
así me siento.

Van y vienen los niños
con sus juegos
y el punto vivo de su mirada,
y cambian portones
o inundan patios
de este fortín de ensueño.

Ruedan las pelotas
o surgen los amantes
y sus besos ahí cerca.

Los restos de la comida
de esta playa cualquiera
se hunden en la arena
útil disolvente sin lucro.

La vida circula así
con el desparpajo
del cuerpo de una hembra joven
y la mirada esquiva del deseo
a las puertas de la palabra.

Y el mar
robándome lentamente
con sus lenguas de sal
los sueños infantiles
de tanto juego.

En la noche
mutilado disuelto
ya olvidado de aquellas formas
escribo letras y signos
sobre la playa tendida
y espero invisible
la llamada eterna de tu mirada,
una vez más.

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