Ahora
que las manos de los ciegos
sabias en el volumen de los signos
son un viento que retorna
encalambrado en olores familiares
y ahogados en un silencio disimulado
Ahora
desde los posos seducidos de la edad
se va desmantelando el artilugio carnal
siempre pensado para cierto momento
visible en las habitaciones fertilizadas
para la comunión de la especie
Huelo
la inmovilidad de las pensiones
y las sombras sin límites de la imaginación
También
los orines fermentados del horror
en las médulas de las víctimas
También
las uñas de la envidia
movilizando el mundo
en esferas amarillas sin respiración
Tal vez el silencio
dura ya mucho más
que aquellos párpados aún vírgenes
para la derrota.
..
NKT, enero 2013
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