En la oscuridad
puedo imaginar mi cuerpo
su gravidez desaparecida en este momento
la quietud ciertamente aprendida
y el cruce de tus piernas
cerca , luminoso y fértil como nunca.
Y ahora que estoy sólo
apelo a los estados de mi memoria
a las contribuciones de uno mismo
a mis intemperies desprevenidas.
Llamo a todo ello, y veo también
el pan en la mesa compartida
el vino sereno en su abismo incomprensible
las huellas afiladas de la palabras
en las córneas vaciadas de las conversaciones
y mil y un fantasmas
como grajos amarillos en la noche capilar
de las infecciones del mundo.
Y a lo lejos
en la desaparación de todo
a otros que no tienen pan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario