Yo tenía
un corazón de barro
que se ha convertido
en una fina arena consentida
auténtica explanada
de lágrimas encontradas
Y del mismo
me han quitado algunas
cucharadas ejemplares
de risas y palabras
en la cercanía de la noche
Sólo dios sabe
alfarero de sueños
que cierta ausencia
se prolonga interminable
en las avenidas engalanadas
de los recuerdos invitados
de aquellos poemas
No seremos los mismos
mi corazón y tu ausencia
a partir de ahora.
Y dios lo sabe
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