están vacías últimamente
y sólo el sabor salado
de la ternura
- verdadero batallón rutinario
de palabras aniquiladas -
consigue llevarme enfermo
hacia los metales corpóreos
de la juventud
La luz
se ha vuelto inútil recientemente
y los desiertos imposibles
juegan sin descanso
en la geometría residual
de uno mismo.
No hay símbolos ya.
Sólo el tráfico inmóvil
del silencio
avanza en este sueño
de ojos abiertos
y cenizas amarillas
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