Uno puede estar solo
escuchar los muros de los desiertos
transpartentes y ausentes
en medio de la nada
y así estar
permanecer casi ser
en la lógica de fluidos
y reacciones imprevisibles
Y así encumbrarse
de la soledad más liviana
y observar la banalidad apabullante
de todo ese exterior que no nos pertenece
Hay una sinfonía silenciosa
hilos sedimentados y entretenidos
del pensamiento suspendido
mientras la palabras esperan
a extramuros del hambre
algunas migas o desperdicios
que llevarse a la boca
Hay algo mineral
en todo esto
que nos mantiene
pertinaz y austero
en la desaparición
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