y las últimas luces de la tarde
se humedecen llenas de amor
en los labios inclinados de los tejados
y las alcobas más temerarias
buscan las sonrisa de una mujer
en el rellano del deseo.
Vuelan los cuerpos incendiados
de las guerras entretenidas
en los noticiarios más monotonos
y listas de nombres sin dueño
se entretienen sin demora
en el baile del olvido
Ha llegado tarde
el patíbulo incendiario.
Y las palabras mas atrevidas
besan la herrumbre
de los hierros de la guerra.
Los dioses
se han vestido prontamente
de la sonrisa de algún niño
y llegan puntualmente
a las misas extendidas
en los desagües de la vergüenza
Como pasa todo
tan extrañamante
en el espectáculo de la tarde.
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