Las palabras
en sumideros de mentiras
van dejando excrementos
residuos legajos restos
de poemas abandonados
en las manos ya invisibles
de aquel niño que fui.
Dejo que la noche
y el agua y la tierra
en su ritual solitario
me vacíen en mi sombra,
mientras los testamentos
recorren salones
y rebaños de necios
copulan sin sentimientos
en los prostíbulos silenciosos
del olvido venidero.
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