lunes, 7 de septiembre de 2009

El reloj del bobo

En el reloj del bobo
siempre es mas tarde que nunca.

Nunca paseará el deseo sin solución
por el contorno de una mujer
ni verá morir el sol en el muro desolado
de las peores guerras.

Nada perderá
ni nunca lo engañarán en los mostradores derramados
de los silencios de los mercados
ni podrá ocultar su sexo
en la transparencia reunida de una mujer en celo.

En algún operativo de labios manos y palabras
dirá que todo lo sabe;
que conoce los pájaros del invierno
las profecías de los reyes godos
y las conservas necesarias de los cautos.

Nada es tan parecido
a una página volteada
y en blanco

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