Siempre es junio
en la tormenta de tu sonrisa
y yo permanezco intacto y cautivo
tras las cortinas del tiempo,
ese lapso inaplazable del pasado.
En otro lapsus
miro las ventanas de los hospitales
y la sonrisa de sus jardines
y la impenetrable mirada de dios
en las cornisas iluminadas
Las calles
y su ruido de pasos se ha olvidado
y los pantanales del futuro
hablan de viejas palabras
y deseos animados diestramente
en los árboles de la juventud.
Todo esta escrito
en las planillas arborescentes
de tu mirada
y yo permanezco asombrado
entre las pandillas salvajes
de los hombres.
Bien esta
que la vida
amanezca todos los días.
Nota. a J
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