Ahora
que sólo me queda
el sabor opaco del olvido
y el saneado brillo del mercurio.
Recuerdo la pérdida
y cierta ausencia sin dolor
y todo aquel futuro imprevisible
de la juventud
Todo me ha superado
excepto la palabra
Levanto mi copa de vino
desenredo el mantel de la locura
veo la esencia de los manantiales
y noto que el tiempo ha envejecido
en las manos frías de los monumentos.
Nada ha cambiado
ahora que el invierno
ha olvidado el verano
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