Estoy más allá de la memoria
en el gusto primario
de evocar todas las cosas.
Ahora hay música
en las despensas de la pobreza
risas y dientes de arcilla
en las mesas asustadas
para la celebración prevenida
de lo precario.
Rostros esclavos
en las superficies niqueladas
de los palacios ilustrados.
Y un llanto amarillo
ha sido permitido
en la elaboración de la diferencia.
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