en las pendientes del deseo
y mis manos
cuencos miserables
huérfanas vasijas
han recogido
el quehacer equivocado
de tu cuerpo
Mira
como el tiempo
resbala impreciso
en las hojas del otoño
y los parques
se van llenando de vidas
y rostros de viejos
en la tarde ya desaparecida
Yo ya no estoy
nunca estamos
en la presuncion del futuro
y el pasado
lame con aspereza
las salas de espera ya abandonadas
de sueños y derrotas
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