La palabra interior
nada le debe a la noche
Más bien
vuela en silencio
sobre los baúles de muñecas rotas
en lo circos de ocasión.
O saborea
las posturas sin futuro
de las figuras humanas
que creen solo en la pronta llegada
de otro salvador encaramado a la profecía.
Es todo un cuerpo
esta palabra inmersa en si misma
que nos acompaña hasta el último momento
para recordarnos
que todo aquello que fue
fue tan poco
Apenas un cuento endiablado
y una sonrisa perdida
en las mañanas de la juventud
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