A veces escribo
sorprendido y nervioso
en la extrañeza de los campos de batalla
siempre atavaidos incluso
para la sorpresa de los funerales
Voy despacio
con mis tendones y garfios
imaginarios y solubles
iniciando un ritual aprendido
en las tardes de lluvia
En esos momentos
siempre anunciados
para cierta transición hacia la nada,
ese abismo desconocido
lleno de nosotros mismos
Vuelvo
al hueco de la palabra
mentira en símbolo
y signo aprendido
de los pájaros de la locura
Perdonadme
pero algo muere todos los días
y por ello escribo
para traicionar cierto camino
explicado en las clases gratuitas
de la desaparición
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