Poesia para llevar de la mano. Un punto de enclave entre las barbaridades de otros y mi pensamiento. Se puede usar y tirar sin compromiso hasta la saciedad. Se permite sacar de paseo a estos batracios invertebrados llamados poemas de vez en cuando.Únicamente se debe mencionar al culpable de todo este dislate de forma inocente.Se le busca por atrevimiento y alevosía en el arte de la mentira. Prohibido creer en nada de lo escrito aquí. No se permite el paso de los cuerdos.
domingo, 4 de octubre de 2009
El canto del loro
Poco hay que mostrar
y nada que demostrar.
El aullido de los árboles
en la senda de las avenidas
la hermética mirada de las puertas
tras los cuerpos sin dueño de alguna mujer
y la caída sin decoro
de los años emplastados
en estos dedos que escriben.
Todo ello
me hace recordar
que tal vez estemos viejos,
ahora que la palabra
ha quedado como único guardián
de tanto sueño desbaratado
y los vientos de la fama
han cogido otros rumbos
buscando rincones ajenos
que no me interesan.
Al final
me he quedado sólo
con este mar de versos
que pueden ahogar sin compasión
a los mejores tiburones
y lanzar hasta los cielos tormentosos
las ideas más perversas.
No está mal
al fin y al cabo.
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