Cenizas amarillas

Las troneras de la memoria
están vacías últimamente
y sólo el sabor salado
de la ternura
- verdadero batallón rutinario
de palabras aniquiladas -
consigue llevarme enfermo
hacia los metales corpóreos
de la juventud

La luz
se ha vuelto inútil recientemente
y los desiertos imposibles
juegan sin descanso
en la geometría residual
de uno mismo.

No hay símbolos ya.
Sólo el tráfico inmóvil
del silencio
avanza en este sueño
de ojos abiertos
y cenizas amarillas

Los labios del mundo

Hay sangre
en los labios del mundo
preguntas con respuesta
en la oscuridad de los escritorios
y un hedor insoportable
de lupanares inciertos
en los soportales del amor.

El hombre
desde el vientre hasta el cabello
ha sido dispersado.
No existe ya, definitivamente.
Hay la imposibilidad indígena
de la cobardía, de cierto miedo
asomando sin belleza
detras de las puertas

Ya no hay comisarios, no hace falta.
Todo se controla enfáticamente
desde los mensajes sin manos
de los medios y sus obsequios.
Y nada regresa
Y todo se consume
en los sueños vigilantes del mercado
y las sábanas de la juventud
han quedado abrasadas
por las cenizas de la melancolía.

Ya no hay tiempo
todo es presente encanecido.

(90 días de ausencia)
Djamena, enero 2012

Oscuridad

Solo hay oscuridad
en las ramas abatidas de la pobreza
y un canto muy lejano
basado en la lentitud de lo imposible.

Y las mujeres
abren sus cauces
sacrificados una vez mas
a la infeccion de la luz

Solo tengo infancia
en el vertigo del sacrificio
y la patria
ha quedado aniquilada
en los despachos sin parpados
silenciosos e inutiles
de los funcionarios en ascenso

Duala Camerun enero 2012
85 dias de ausencia

El abismo
de la ecuación poética
en el que habitamos,
- planeo desnudo entre bestias y héroes -
es una aspiración... deseo
habitación cerrada
preámbulo al hermetismo,
al fin y al cabo
viaje reservado
hacia el futuro de la desaparación

No hay puertas abiertas
ni plegarias clavadas
en los tímpanos de los dioses de madera.

Sólamente la corrupción de la soledad
y sus ciudades silenciosas en la madrugada
y las distancias intratables del silencio
mantienen las fuentes de la cordura
vírgenes y ocupadas
en las campanas del suicidio.

Amanece
y he recorrido tu cuerpo
en la pureza de sus límites
y he ascendido callado
por tus escaleras interiores
minúsculo y enfermizo
ante tanta grandeza.

Y de mi infancia
no nos hemos acordado
De todo aquel vértigo
con el abismo de la vida al fondo,
de ello no nos hemos acordado

Ahora
caminamos suavemente
en las baldosas de la vejez
con los sueños de párpados transparentes
como banderas extendidas
en los huertos de la pobreza.

Dulcemente
los tejados desaparecen
y la tierra se convierte
en un símbolo de misericordia

Anacoreta

Yo, anacoreta
que se mueve ágil y despierto
en los baluartes derruidos
de la tristeza.

Y monto
máquinas de palabras
en las ensenadas de los sentimientos
en la bahías de las imágenes
en las noches de insomnio
de los fantasmas sin dientes
propietarios de mi melancolía.

A todo este
volumen sin compromiso
es decir yo
defecto tras defecto
en la atribución de la culpa
y maniquí sin fronteras
en el trajín de la palabra

A todo esto
os he de confesar
que no encuentro últimamente
el sentido de vuestros besos

Solamente cierta ausencia
especializada en la gestión de la incertidumbre
vuela por los pasillos interiores
y monta esperanzas
en las poblaciones interiores
del corazón.